sábado, 20 de marzo de 2010

El Ciudadano Kien vuelve a las andadas

Como decía en mi anterior colaboración ... (hace ya algunos años) el país cambia a tal velocidad que no nos damos cuenta; la diferencia ahora es que el mundo nos acompaña en esa vorágine y nosotros a él. Dejé de escribir mi columna El Ciudadano Kien en el viejo unomásuno cuando la prensa todavía se daba el lujo de ser analítica y se preocupaba por la sintaxis y la ortografía ; hoy todo queda en manos del "cabecero" que no lee y no sabe. Fue un tiempo que para la mayoría de los usuarios del twiter,se remite al siglo pasado y por lo tanto a algo remoto, inexistente y probablemente inservible. En realidad lo último que publiqué fue en Milenio por ahí de 2003 y algunas reseñas y entrevistas más en varias revistas.
La memoria de ese tiempo me asaltó al leer la novela que he comentado en apretados tuits desde hace dos semanas: The Power of the Dog. Me ha impactado de tal manera el libro, que me empujó a retomar la redacción de una reseña y de paso, a iniciar el aprendizaje del blogger. Y digo que parece ayer, porque al leer el desfile de los personajes de la novela y ver las noticias del día de hoy, son demasiados los parecidos y al mismo tiempo, abismales las diferencias. La memoria es lo único que las puede hacer comprensibles. Más allá de la licencia literaria que le permite al autor Don Winslow alterar un poco los nombres de narcos, políticos y curas, así como las fechas de varios sucesos, la novela hace entendible el escenario general y sobre todo, la muy sugestiva trama permite comprender lo que pasó en México en los años 80s y 90s. Esa época en donde los cárteles de la droga se expandieron en poder y alcance político y financiero. Lo que se vive hoy son apenas secuelas de aquello. Varios investigadores ya habían apuntado la estrecha relación que se dio desde principios del estado de la revolución en los años 20s entre políticos y el naciente tráfico de estupefacientes. Lo que hace la novela es dramatizar esa relación cincuenta años después. Fue la segunda guerra mundial y la de Vietnam, las que darían el papel de actores principales del reparto a los rancheros de Sinaloa primero y luego a la llamada "Federación". Su poder, cabe recordar, fue gracias entre otras cosas, a la geopolítica estadounidense que para patrocinar a la Contra en Nicaragua, armó un tinglado financiero que pasaba por Irán, Panamá y México, y aquí, a través de la policía política de ingrata memoria: la DFS. Un alto costo pagado por la represión conocida como "guerra sucia". Por eso nunca sobra resucitar la historia reciente. Las explicaciones que ofrece la novela sobre la muerte del cardenal Posadas (en la novela llamado Parada), la de Colosio, la crisis financiera del 95, el papel de los religiosos como el Nuncio de esa época y el cura Montaño (otro a salvo de dar explicaciones por su misteriosa y "salvadora muerte") son bastante indicativas -por decir lo menos- del guión que vivimos como país en estos días. Soy firme convencido de que la lectura nos puede hacer libres. Me gustaba responder a las preguntas e inquietudes de mis alumnos con recomendaciones de libros para hacerlos pensar y practicar el análisis y la búsqueda información. Hoy me asumo como estudiante volviendo al aula virtual de la web. Nunca es tarde, si fui de los primeros en enviar mis colaboraciones por fax y luego por mail, así como ofrecer a los lectores mi buzón electrónico para sus comentarios, no veo porqué no intentar el twiter, estos nuevos pizarrones de la web que me recuerdan en mucho los dazibaos de la llamada "revolución cultural china". Lo democrático del twiter se refuerza con su cortedad telegráfica. Por eso recurro a este medio como un intento de abordar asuntos que rebasan esa cortedad y que por su importancia para el ciudadano, no deben perderse en el remolino triturador de la memoria ni en lo efímero del tuit . Dicho lo cual comenzaré a compartir lecturas y noticias, esperando la retroalimentación del lector y haciendo una amable invitación a la tolerancia, el gran ausente de la educación de este país . Me parece igual de espeluznante la facilidad con la que se cae en el insulto y la diatriba sin sentido, tanto como la tarea de muchos seudo periodistas en sembrar el odio y propagar el miedo. La invitación de este ciudadano es a la reflexión de nuestras diferencias, tanto como de nuestras ideas compartidas. Vale.

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